jueves, 28 de febrero de 2013

Gafas...

Quiero las gafas...




 
Pero no pienses, en unas gafas cualquiera. Las que yo te hablo, vendrían a ser, como el Santo Grial de los anteojos. Tampoco te imagines, el último invento de los de Google. No, no, no... No van por ahí los tiros.
Estas gafas, son fabulosas. Qué narices. Con ellas podrías hasta entrar, en un mundo paralelo. Todo va como el puto culo pero tú, todo, lo ves estupendamente. Es genial. Vendrían a ser como el clásico Mesudalapolla 500mg. o el típico Keledén (keledenato 1000mg) Pero incluso, tiene la ventaja de que lo puedes usar, como complemento de moda. Además, es muy práctico porque cuando quieres, te las pones y cuando no, las guardas. Se podrían catalogar, perfectamente, como un E.P.I. (Elemento de protección individual) pero cotidiano. Ideales para el día a día. Son unas gafas para no ver.

Voy a poner un ejemplo:

Sales con tu perro de paseo. Hace un día fantástico. Luce el sol y hay buena temperatura. Apenas sopla el aire. Es un día perfecto para disfrutar un buen rato con tu mascota. Caminas por tu ruta habitual, gozando con el panorama. Corres, saltas, juegas con él y la pelota. Le encanta jugar con ella. Ríes... Es Magnífica la energía que se extrae de esos momentos. Pura simbiosis. Pero también, igualmente de magnífica, es la energía de la naturaleza, respecto a...Las necesidades fisiológicas básicas. Y claro, como necesidades que son estas de las que hablo, el animal, tiene que hacer, en algún sitio las suyas. Tras buscar el sitio apropiado para él, se pone en faena. Y naturalmente, echa un mocordo. No hay problema. Llevas unas bolsas estupendas. Es más. Llevas bolsas, hasta por si necesita alguien de casualidad. Coleguismo canino. Ya ves.
Es justo, en ese momento cuando sin tiempo a meter la mano en el bolsillo para sacar la bolsa, aparece una persona como de la nada y te suelta:

-¡Oye!¡tú!¡recogerás esa mierda ¿Verdad? Estoy harto de que si patatín y patatán, porque no se qué gaitas...que si los perros deberían tal y cual y...-

Y es aquí donde mirándole a los ojos, tranquilamente sacas tus gafas molonas para no ver y te las pones. Tus gafas, para no ver, al gilipollas que has tenido la suerte de encontrar hoy en el paseo. Tus gafas para no ver, al imbécil, que dan ganas de meterle, la mierda en la boca. Tus gafas que le van a dejar a él, ahogándose en su rabia y odio, mientras tú, sigues disfrutando del magnífico día que hacía.

Y esto sólo es un ejemplo de las muchas situaciones en que podrías usar, estas magníficas gafas.
No lo dudes. Si puedes, póntelas.


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